Roma tiene tanto para dar que no alcanzarían los blogs para describirla. Además, de todos sus monumentos, lugares históricos, esculturas, arte, pasadizos secretos y miles de descubrimientos, algo más me llamó la atención: sus fuentes.
Me fascinaron en todo sentido. Desde la ingeniería en tiempos inmemorables para poder acceder al agua y distribuirla, hasta la armonía y encanto de sus esculturas. Cada una de ellas, con horas en dedicación y esfuerzo.
Luego, llegarían los tiempos modernos y con ellos, la electricidad y la manera de iluminarlos. También, el detallado proceso de restauración que requiere cada una de ellas.
Todo ello, para que hoy en día podamos disfrutar de agua potable cada pocos metros, en Roma y en todas las ciudades de Italia.