Tan lejos y a la vez tan cerca. Como si fueras una amiga fiel que se le puede contar lo que uno quiera sin prejuicios. Sabés que no le contará a nadie. Esa amiga que te escucha. Sabiendo que eso es justo lo que necesitás. Y sabiendo que te dirá su opinión, si se la pides. No antes, porque quiere que cometas los errores por tu cuenta. O sabe lo que estás viviendo porque estuvo en tu situación.
Tan lejana que sabés que desde la distancia mira todo, escucha todo, pero no habla. Ve todo lo que pasa desde una distancia prudente y silenciosa. Sabe más secretos que nadie que hayas conocido. Vivió muchas vidas, encuentros y desencuentros. Siempre desde una mirada lejana sin juzgar. Debió callar en varias oportunidades. Mirar con mirada objetiva. En varios, no aguantó y le daba señales a los amantes para encontrarse.